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Danna Paola cuenta cómo la drogaron en un bar en Madrid

No recuerda cómo llegó a su casa... sólo el momento en el que entraron los paramédicos por ella, ya que terminó en el hospital.

Momentos difíciles que la hicieron reflexionar sobre la vida y el ser humano fueron los que vivió Danna Paola en Madrid, España, cuando grabó la primera temporada de la serie Élite.


La cantante y actriz, de 25 años de edad, en el programa “La Entrevista con Yordi Rosado”, contó que le pasaron cosas “horribles” en Madrid.


Ella relató una experiencia cuando tuvo la oportunidad de salir a la calle y caminar acompañada de un amigo. Un día pasó una experiencia que es muy loca, dijo porque fue a cenar con un amigo, fue un martes que llegaba de México y al día siguiente tenía llamado a las 08:00 de la mañana para grabar Élite.

Ahí fueron a un lugar en Madrid, el cual después de las 10:00 de la noche ponían un DJ y era un ambiente latino. “Yo no soy una persona que tome y se emborrache de una, no puedo, me gusta disfrutar, el vino allá me volví muy fan y me volví como persona de vino”.


Así fue que tomaron, entre ella y su amigo, una botella de vino y ella tomó cuatro copas, pero con esa cantidad de vino no hay manera de que ella se emborrache y había quedado con él de que no se desvelarían.

“Abren la pista y había un grupo como de latinos en una de las mesas de abajo, estaba la música super fuerte, estaban fumando shisha, llegaron y mi amigo dijo: ‘Wey están súper guapos’, y yo ‘ah, pues bueno’. Yo no soy de ligar, yo no puedo ligar en un antro y así, me choca, no lo soporto”.


Justo ese grupo de amigos eran latinos, había venezolanos, argentinos y colombianos, recordó, y al sentarse en ese lugar ella y su amigo pidieron un gin tonic de frutos rojos. Todo empezó cuando su amigo fue al baño y no habían pasado ni 10 minutos que ella dejó su vaso en la mesa y llegó otra persona al grupo.

Y de repente me dice este era tu vaso ¿no? Me regresa mi vaso y yo ah, sí, gracias, me lo empiezo a tomar, casual entonces yo empiezo como a platicar con él y me empiezo a sentir de verdad muy mal, me empecé como a marear, me empezó a dar como mucho sueño, entonces yo decía ... mmm foco rojo, esto no está bien, dije me tengo que ir”.

Ellos trataron de aprovecharse de la situación, acercándose y preguntándole: “¿Te sientes bien, te ayudamos?”. Pero ella se defendió y no dejó que la obligaran a quedarse ahí, tal como lo intentaron. “No me acuerdo de qué pasó entre el lugar, cómo llegué a mi casa y cómo acabé en el hospital”.

Señala que esa situación es algo que las mamás siempre lo dicen a las hijas: “No tomes nada de extraños, que nadie agarre tu vaso, no te quieras ligar a cualquier extraño en un lugar”.

No sé cómo agarramos el Uber, yo llegué a mi casa, tenía yo la pijama no me acuerdo de qué pasó después, sólo recuerdo que alguien entró a mi casa, de que estaban los paramédicos. Yo recuerdo haber marcado al 911, pero no me acuerdo”.

Fue algo complicado, recordó, pero ahí entendió que Dios es muy grande y la estaba cuidando y que al final fue una lección de vida que tenía que pasar para estar consciente de que por más sola que estuviera tenía que estar al 100% todavía al triple de atenta y de alerta.

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