Confirman que por contrato a Luis Miguel no se le puede voltear a ver a la cara
Uno de los grandes mitos de Luis Miguel finalmente fue revelado por un periodista
Luis Miguel | Foto: @amigosdeluismiguelperu / Instagram
Ciudad de México.- Luis Miguel es sin duda, uno de los más grandes artistas de la historia en América Latina y a sus 53 años, continúa siendo de los cantantes más solicitades por el público, al grado de vender el total de entradas en donde sea que se presente.
Sin embargo, existen diversos temas que rodean la vida del intérprete de “La chica del bikini azul”, unos más polémicos que otros. Incluso, hay quienes aseguran que la célebre estrella cuenta con contratos poco comunes a la hora de grabar algún tipo de publicidad.
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Aunque se desconocen algunos de estos por cuestiones de confidencialidad, se han filtrado unos cuantos que han dejado sorprendido a más de una persona, por el tipo de reglas que el “Sol de México” impone durante sus colaboraciones.
NO SE PUEDE MIRAR A LUIS MIGUEL A LA CARA
Con los años comenzó a trascender una versión sobre las actitudes de Luis Miguel respecto a su trato con la gente en las giras musicales o de comerciales. Un periodista argentino se encargó de confirmar la versión que revela una de las peticiones más extravagantes del cantante.
“El mito de que no lo pueden mirar a la cara a Luis Miguel es verdad, está por contrato”, afirmó Jorge Rial, un afamado cronista del mundo de la farándula en Argentina.
El comunicador explicó que obtuvo esa información cuando el artista visitó aquel país en 2018 para grabar una publicidad, por lo que aprovechó a entrevistar a trabajadores y asistentes de “Luismi” en la edición de un comercial para un agua mineral.
EN ESPAÑA TAMBIÉN LO CONFIRMAN
Además, en España también aseguran que al cantante puertorriqueño con ciudadanía mexicana no le gusta que lo miren de manera directa al rostro.
“Nadie podía mirarlo porque no le gustaba. Era llegar y todos se tenía que voltear a la pared”, confesó una antigua trabajadora del programa de televisión “Sálvame” de ese país. Otros colaboradores agregaron que incluso se le hacía firmar un contrato de confidencialidad, agregando este requisito de no voltearlo a ver cuándo se lo encontraran en alguno de los pasillos del recinto en donde se encontraba.
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